Faltan menos de dos meses para el inicio del Mundial de Brasil 2014 y los barrios de Río de Janeiro se convierten en escenarios de enfrentamientos entre policías y ciudadanos, que hasta el momento han dejado dos muertos.
Las protestas se suceden debido a la situación que viven los ciudadanos y la inversión en millones de euros que supone este evento, cantidad que está acordada destinar en detrimiento de mejorar la situación económica de los brasileños que viven en las favelas, los barrios más pobres de este país, y apostar por restaurar y construir infraestructuras de transporte, hospitales y servicio públicos.
Ante este suceso, la represión por parte de la policía es máxima, ya que se intenta dar una imagen totalmente normalizada del país que albergará la Copa del Mundo de cara a la opinión internacional y a los turistas que lo visitarán.
Un testigo cuenta a los medios de comunicación: “La policía disparaba balas de verdad y los habitantes se protegían como podían tirando piedras y botellas, con cajones de madera”.
Según datos del departamento de policía, por lo menos 1.500 personas participaron en las protestas, en las que se rompieron ventanas de tres bancos y hubo 54 detenidos.
Pero, la situación se considera de extrema gravedad. Según declara el periodista danés Mikkel Jensen, asegura en una carta que publicó en su perfil de Facebook que se asesinan a menores para que los turistas no vean las vergüenzas del país.
"No puedo cubrir este evento después de enterarme de que el precio de la Copa no sólo es el más alto de la historia en dinero, sino que estoy convencido de que ese precio incluye también las vidas de niños"
Una vez más somos testigos del descaro, la impotencia y la indiferencia social ante este tipo de injusticias cometidas contra los más indefensos que no tienen otro medio que las manifestaciones para hacer mostrar su descontento ante los intereses de las élites movidas por el dinero sin conciencia ni valor humano.
No hay comentarios :
Publicar un comentario