Ayer, día 25 de Abril, se cumplian 70 años del nacimiento de Quintín Cabrera, cantautor y camarada uruguayo. Un hombre, un luchador que extendió su causa solidaria, la liberación de los pueblos oprimidos. por los caminos de la música.
Cabrera siempre estuvo orgulloso de ser uno de los cantantes del mundo que mas a participado en conciertos solidarios. Tocó en el histórico "Festival Protesta" de Cuba con los cantautores de la nueva Trova Cubana así como otros grandes de la canción protesta latinoamericana.
Cabrera murió en nuestro país. Se mudó allá por los finales de los 60 y, alternando entre Castilla y Catalunya, vivió allí hasta dejarnos un poco más solos en Noviembre del 2009. Cabrera estuvo en nuestro país antes y después de la dictadura de Franco, y fue uno de esos Cantautores olvidados tras la transición. Amigos, compañeros, y tantos y tantos amantes de la canción de autor, le arroparon hasta el fin de sus días.
Tanto era el amor de los suyos, que días antes de su muerte, sus amigos y compañeros de profesión decidieron rendirle un homenaje tocando sus temas en el Auditorio Marcelino Camacho. Aquella mañana del 13 de Noviembre hizo imposible que Cabrera llegase a sentarse entre las butacas. Pero, Eliseo Parra, Olga Manzano, Alberto Pérez, El Mecánico del Swing, Elisa Serna, Angel Petisme, José Mª Alfaya, Cuco Pérez, Jaime Lafuente, Andrés Molina, Luis Felipe Barrio, Matías Ávalos, Ruben Buren y Benito Malasangre, convirtieron aquella noche en un concierto-homenaje en su honor.
"Este país es injusto, es injusto con los cantautores que han luchado a lo largo de tantos años por traer la libertad a este país y la democracia" decía, pudiéndole la emoción Luis Pastor al subir al escenario. Pastor, como muchos aquella noche, entendían mas que nadie lo mucho que pesa el olvido, pues en este país el continuo reescribirse de la historia ha dejado en las cunetas su legado, como la vida de tantos otros.
Aquel hombre que se perdía por las calles de Barcelona lo habíamos oído cantar a la sierra Maestra cuando Fidel luchaba en Cuba, a Bolivia mas tarde cuando la libertad empujaba a la oligarquía. "Que bien que haya una ciudad que se llame Ho Chi Minh, la siento hermosa solo por tener un nombre así" decía más tarde enamorado de la ciudad con nombre de guerillero, y no se le caían los anillos por lanzarse a por el català cuando llegó a nuestras tierras.
Cabrera, que sentía todo pueblo el suyo, cantó también a su padre (el poeta que conducía camiones), del que heredó la conciencia de Clase; también cantaba Quintín a las flores y los enamorados; a los tranvías de Montevideo; y a ciudades como libros, que el leía con los pies.
Su canto sigue vivo, como el de tantos otros. Y hoy mÁs que nunca es momento de recordar a todos aquellos pequeños soldados que encontraban en la guitarra su mejor fusil. Cabrera era un luchador, un poeta, un cantautor; y como tal pasará a la historia.
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