No se trata de un caso aislado. La política de ocupación de los territorios palestinos que el Gobierno de Israel lleva a cabo desde hace décadas ha cambiado por completo la vida, sociedad y economía palestinas.
Maquinaria israelí, durante el derrumbe |
La región de Cisjordania, que fue dividida a comienzos de siglo por un muro de hormigón a raíz de la segunda Intifada, es, junto con la franja de Gaza, la parte castigada, como se puede comprobar con esta actuación reciente.
El Ejército de Israel, con su maquinaria de demolición, derribó este lunes pasado siete viviendas y varios pozos de agua en la aldea palestina de Khirbet al-Tawil, en Nablús. Los militares argumentaron que se trataba de construcciones ilegales que estaban edificadas sobre suelo dedicado a entrenamiento militar, como prácticas de tiro. Ello dio lugar al previo desalojo de las familias y, posteriormente, al derrumbe de las infraestructuras.
Muerte de Rachel Corrie |
Estas acciones no son ninguna novedad; es una práctica que el Estado de Israel lleva ejerciendo desde hace años. Ya en marzo de 2003 se conocía la noticia de la muerte de Rachel Corrie, una activista estadounidense que fue atropellada por un bulldozer israelí cuando ésta se interpuso entre una vivienda palestina y la máquina que iba a derruirla.
Las autoridades israelíes avisaron de la demolición de la vivienda en Gaza por "albergar terroristas" y, en declaraciones a la prensa posteriores, aseguraron que el atropello de la activista fue un accidente.
La sociedad civil palestina y sus autoridades condenan estas acciones de Israel, así como la ocupación de territorios que pertenecen a Palestina. Por su parte, Israel las justifica por considerarlas "necesarias para la defensa e integridad del pueblo israelí".
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