Las tres emes de
estos últimos días. Las tres emes que mejor resumen el actual panorama español.
Miedo, monarquía y mundial son tres palabras que de primeras parecen no tener
relación, pero la tienen y mucho.
Miedo es una
palabra que, a diferencia de las otras dos, no representa un acontecimiento
concreto ni da nombre a una institución. La palabra miedo, sin embargo, se ha
extendido entre las élites políticas de este país —para asustar a las élites
económicas aún queda— como lo que es: “recelo o aprensión que alguien tiene de
que le suceda algo contrario a lo que desea”.
En un lenguaje más
llano, las élites políticas de este país, que son meras marionetas movidas por
intereses ajenos, comienzan a temer que su estatus, su poder y el régimen que
reciclaron en el 78 se vienen abajo. Desde el 25 M, día de las elecciones
europeas, han intentado reaccionar, porque son precisamente eso: la reacción.
Ante el profundo retroceso del bipartidismo y el avance aún incipiente, pero
seguro, de la izquierda, los dos grandes partidos de ámbito nacional, PP y
PSOE, han reaccionado. El primer movimiento ha sido que Alfredo Pérez Rubalcaba
dimita, sin irse todavía, como Secretario General del PSOE, para producir una
falsa renovación dentro de dicho partido que les haga recuperar apoyo electoral
el año que viene. El segundo movimiento, menos esperado, ha sido acelerar la
abdicación del rey Juan Carlos I, para asegurarse la sucesión del rey por el
príncipe Felipe con el apoyo parlamentario de la mayoría de los diputados.
Rubalcaba (izquierda) y Rajoy (derecha) en una sesión del Congreso |
Los dos protagonistas de esta reacción son el aún líder del
PSOE, Alfredo P. Rubalcaba, y el
presidente del gobierno y presidente del PP, Mariano Rajoy. Ambos, movidos por el miedo a
que la gente quiera una república, han cercenado toda vía a un referéndum,
refrendando con su mayoría el pacto del 78, y con él una anacrónica monarquía.
Monarquía, ese
sistema político en el cual alguien por gracia divina es rey y por nacer en regia
cuna hereda el trono de un país. En nuestro caso, como ocurre en otros países
de Europa, el rey reina, pero no gobierna. Lo que se conoce como Monarquía
Parlamentaria. La mezcla de la ‘democracia’ con la monarquía, inventada por los
ingleses. Lo que nos diferencia del resto es que aquí el rey fue impuesto por
el dictador Francisco Franco.
El rey Juan Carlos I estrecha la mano de Franco. A la derecha, el rey con su hijo y sucesor Felipe de Borbón |
Cualquiera podría pensar que antes que sufrir una dictadura
o una monarquía absoluta como las de la península arábiga —tan amigas de
nuestro rey saliente—, mejor es vivir en una monarquía parlamentaria donde
puedes votar cada cuatro años. Ante esto pongo un ejemplo a modo de metáfora: si un sin techo pudiese elegir entre pasar
las frías noches de invierno bajo un puente o en el suelo de un albergue
saturado, probablemente escogería lo segundo por mero instinto de supervivencia.
Pero que nadie se lleve a engaño. La meta de este sin techo como de cualquier
ser humano no es dormir en un albergue toda su vida, sino poder tener una
vivienda digna donde vivir. Del mismo modo, la meta de cualquier sociedad que
se afirme democrática no puede ser una monarquía parlamentaria donde el jefe
del Estado no es elegido democráticamente, sino una república.
La misma dignidad que busca y merece por derecho la persona
que sobrevive en la calle, es la que busca y merece el pueblo español. Por eso
la gente que cree en una democracia real sabe que ésta es incompatible con que el
espermatozoide más rápido de un Borbón valga más que el voto de los ciudadanos
para elegir quien representa a su país ante el mundo.
Por eso no es casualidad que
la abdicación se produzca ahora que los dos grandes partidos controlan el
congreso y pueden hacer y deshacer a su antojo. Ahora que tras las últimas
elecciones han visto peligrar su poder. Ahora que llega el cortafuegos del fútbol
para sofocar todo incendio en palacio, desde donde se bendice el inicio del
mundial.
Mundial es la
segunda palabra más repetida por todos los medios estos días. Se trata del
mejor sedante para evitar la indignación del paciente mientras se le extirpa la
posibilidad de decidir sobre su futuro. Un mundial de fútbol es la mejor manera
de exacerbar los sentimientos nacionales de la población. De distraer a la
gente de los problemas sociales acuciantes y de cuestiones como la sucesión monárquica.
Son muchos los que cuelgan sus banderas y visten las camisetas nacionales para
entregarse como pelotas en cuerpo y mente al toma y daca del fútbol. La vieja
historia del ‘pan y circo’.
El miedo de las élites políticas ha provocado las rápidas maniobras para apuntalar la monarquía ante la que se avecina. Todo con el Mundial de fútbol Brasil 2014 como telón de fondo. Pues, aunque a día de hoy el pan escasea, confían en que aún sirva el circo.
A veces me pregunto cuántas personas hay en España que piensen esto de la situación actual en el ámbito político-social. Aún me cuesta creer que haya gente como tu, como yo....que tienen los pies en el suelo y ven verdaderamente lo que ocurre.
ResponderEliminar¿Dónde ha quedado la conciencia social? ¿Y su amiga la moral y la ética?
Una simple ciudadana de este país de pandereta que se está destruyendo así mismo y encima se pisotea.
Elena (@PeqeniaHelen)
Pan y circo pan y circo... Y cuando la sociedad se de cuenta de lo del fútbol, no pasa nada, ya se sacarán otro deporte de la manga.
ResponderEliminarMuy buen artículo camaradas. Muy buena crítica del "panem et circenses" vigente
ResponderEliminarHola a todos,soy un militante del Movimiento Social Republicano.Que es una organización "tercerista" y tambien Nacionalista,Anti Capitalista y Republicana.
ResponderEliminarDejando aparte nuestras "naturales" diferencias ideologicas me gustaria añadir que ese "Miedo" fomentado por el Sistema es directamente apoyado por la Extrema Izquierda y Derecha mutuamente.Y en el que Todos,como organizaciones "responsables",si deberas tenemos "madurez"política y queremos convertirnos en una Alternativa seria a esa "Casta" asentada en el Poder tenemos,entre todos, que APARTAR EL ODIO Y LA VIOLENCIA DE NUESTRAS CALLES.Que es lo que precisamente causa rechazo y miedo a que las Masas afronten las verdaderas causas de nuestro Pueblo.
Una República nunca triunfará sino es para Todos,no sólo para la Izquierda (incluidos sus símbolos) al igual que derribar un Modelo Socio Económico NO se va a conseguir si politizamos Todos los "problemas sociales" (incluido los Morales) mientras tengamos la estúpida costumbre (tan española) de hacer "partidismo" de un problema o de otro. Los Partidos estamos para SOLUCIONAR PROBLEMAS y no para eternizar los conflictos "guerra civilistas" que No llevan a ninguna parte.
Debemos aprender a separar pura Delincuencia urbana de la Nobles Causas que están por encima de miserables partidismos."Justificar" una Violencia y sólo "Condenar" otra No es sólo Auto engaño sino hipocresía política que No nos hace tan diferentes de esta Casta,tan de moda.
Gracias.