El primer ministro David Cameron suplica a los escoceses que no se vayan del Reino Unido y dice literalmente: "Se me rompería el corazón si se rompe esta familia de naciones que hemos creado juntos".
Ayer 10 de septiembre, a tan sólo 8 días del histórico referéndum que se celebrará en Escocia, los líderes de los mayores partidos británicos han viajado al país del norte de Gran Bretaña para pedir a sus ciudadanos el "No" a la independencia.
La visita de el conservador David Cameron, el laborista Ed Miliband y el liberal Nick Clegg ha producido dos días después de que una encuesta diera la victoria al "Sí" con un 51% de los votos y la derrota del "No" con un 49%. Sin embargo el mismo miércoles por la noche se ha publicado una nueva encuesta que daba al "No" el 47,6% de los votos y al "Sí" únicamente el 42,4%, con un 10% de indecisos.
En su campaña por Escocia, el primer ministro británico se ha mostrado emotivo y sentimental al hablar del Reino Unido, refiriéndose a él como de una "familia de naciones" y como "un país extraordinario que hemos construido juntos". También ha dicho que la victoria del "No" no supondría permanecer como hasta ahora sino que habría más autonomía para Escocia.
Desde el Estado español llega a sorprender la actitud de los grandes partidos británicos, seguramente por estar acostumbrados a una forma de actuar mucho más agresiva y prepotente de los gobiernos centrales ante las reivindicaciones nacionales de los pueblos que conforman nuestro estado. No sólo la actitud es diferente, el Reino Unido es un estado formado por la unión de cuatro países o naciones constituyentes, mientras que en la constitución española está escrito que "la nación española, (es) patria común e indivisible de todos los españoles" (no se reconoce como nación a ningún pueblo dentro del estado español).
¿Qué diferencia pues el referéndum escocés del que se ha convocado en Cataluña? El primero es un referéndum legal y vinculante, es decir, está protegido por las leyes y el resultado del referéndum tendrá un carácter definitivo. Por el contrario, el segundo está fuera de la ley según el Tribunal Constitucional español, y tendría un carácter consultivo y no vinculante, es decir, sólo se pretende conocer la opinión del pueblo catalán.
Al comparar ambos estados y su actuación, no parece tan injustificado el sentimiento de opresión que existe en parte de la nación catalana, ¿verdad?
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ResponderEliminarEl nacionalismo escocés y catalán no tienen absolutamente nada en parecido. El elemento en común es que ambos están dirigidos a decidir el futuro de una comunidad social. Pero tanto a nivel de debate, dirección de los argumentos de ambos separatismos, decisión y, por supuesto, le legalidad de las consultas hay diferencias. Y no solo eso; en general, las diferencias son abismales. Así que no sé de donde salió esa obstinación incansable por comparar continuamente el caso escocés con el caso catalán
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