Finalmente, el pueblo escocés ha dicho "no" a la independencia, un 55% de los votantes (2 millones) ha preferido seguir perteneciendo al Reino Unido, frente al 45% (1'6 millones) que votó a favor de la separación.
Este histórico referéndum ha contado también con un porcentaje histórico de participación: el 86% de la población. En la capital escocesa, Edimburgo, el "no" ha ganado con un 61% de los votos, mientras que en Glasgow, la ciudad principal de Escocia, el "sí" ha recibido un 53% de los votos, siendo uno de los cuatro únicos distritos en los que ha ganado el "sí", junto a Dundee, North Lanarkshire y West Dunbartonshire.
Se frustra de esta manera, al menos por ahora, el proyecto soberanista del ministro principal de Escocia, Alex Salmond, quien ha declarado que acepta el veredicto y apela a todos los escoceses a aceptar "la decisión del pueblo de Escocia"; y ha dado las gracias a los 1'6 millones de escoceses que han votado "sí" a la independencia, a lo que ha agregado: "A veces es mejor reflejar dónde estamos en un viaje, un 45% de nuestros ciudadanos votaron por independencia, no creo que ninguno de nosotros, al entrar en política, lo creyésemos posible, o creíble, no debemos quedarnos con la diferencia que faltó, sino con el camino andado". Para el dirigente escocés, el referéndum ha sido, ya de por sí, "un hito de la democracia y de la participación política, un empoderamiento tan valioso que debe ser disfrutado y protegido", y ha declarado que "hay algo más en este referéndum: logró tocar a sectores que nunca habían sido tocados por el sistema político y ellos nos llegaron a los políticos".
Alex Salmond, ministro principal escocés.
Salmond ha concluido, refiriéndose al pueblo escocés: "seguiremos adelante como nación". y también ha tenido tiempo para recordarle a David Cameron su promesa de cederle más competencias a Edimburgo aunque ganase el "no", fundamentalmente, mayores competencias en materia fiscal y un mayor control sobre las prestaciones sociales. Aunque ciertos sectores apuntan que este resultado puede suponer "el fin" de Salmond, apuntando que no se presentará a la reelección en las elecciones generales del próximo 2015, o incluso que dimitirá como ministro principal de Escocia y como dirigente de su partido, el SNP (Scottish National Party, Partido Nacional Escocés, de tendencia de izquierdas), no llegando ni siquiera a las negociaciones con Cameron para la cesión de mayores poderes y competencias.
David Cameron, primer ministro británico.
El primer ministro británico, por su parte, se muestra "encantado" con el resultado, porque los escoceses "han mantenido nuestro país (refiriéndose a Reino Unido) de cuatro naciones unido", y ha prometido que cumplirá con el traspaso de poderes. Y ha declarado que "era correcto respetar la mayoría del SNP en el gobierno y dar al pueblo escocés el derecho a tener la palabra" y ha recalcado que "permitir la consulta fue lo correcto, hay que respetar los derechos de los ciudadanos", unas declaraciones que ciertos sectores han entendido como un mensaje para el presidente español, Mariano Rajoy, referente a la consulta soberanista en Cataluña.
Ciertos sectores han apuntado que el resultado ha sido consecuencia del miedo que ha impuesto el mensaje de las facciones unionistas, que preveían un calamitoso resultado para Escocia en caso de separación: la salida de la Unión Europea, el abandono de la libra esterlina (la cuál ha subido un 1% en los mercados de divisas tras la victoria del "no"), la fuga de empresas y capital extranjero del territorio escocés, etcétera, estos sectores apuntan que este miedo ha provocado que los escoceses votasen "pensando con el bolsillo, en vez de con el corazón", mientras que otros sectores directamente han apuntado al "tongo" o al "pucherazo" como responsables del resultado, aunque sin pruebas.
No hay comentarios :
Publicar un comentario