Reihané Yabarí de 26 años ha sido ahorcado esta mañana por las autoridades iranís, lo que supone un duro golpe para la lucha por los derechos de la mujer en Irán, al menos, así ha sido señalado por diversas campañas que pedían una nueva celebración del juicio y que no se llevase acabo la ejecución. La movilización de la gente consiguió que quedase paralizada pero al no celebrarse el segundo juicio, acabó en este triste desenlace, puesto que la joven no pudo alegar que fue en defensa propia.
Este segundo juicio no se celebró, como se exigía, a pesar de que las declaraciones realizadas por la joven se consiguieron con la tortura de los policías. Reihané declaró que el asesinado la contrató para decorar su oficina, donde intentó violarla y ella se defendió con un cuchillo hiriéndole el brazo.
Durante este último mes tras descartar todas las opciones y ser trasladada a la cárcel de Teheran, donde se realizan las ejecuciones, las autoridades iranís han intentado conseguir el perdón de la familia del acusado. En la ley de guesas, la vigente en Irán (la sangre derramada del asesinado será derramada por el asesino a través de una ejecución) da el derecho a la familia a perdonar a la víctima pero en este caso, el hijo no estaba dispuesto a ello.
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