Más de cien personas se besan en un Burger King de Madrid contra la LGTB+fobia

Activistas LGTB+ convocaron la besada reivindicativa después de que el sábado anterior dos chicos fueran expulsados del Burger King de la Plaza de los Cubos por besarse. La besada tuvo lugar dentro del establecimiento y terminó con aplausos de asistentes y comensales.

Más de cien personas acudieron el sábado a la madrileña Plaza de los Cubos para protestar contra la última agresión LGTB+fóbica ocurrida en la capital, de la que ya informamos en La Oveja Roja.

Dos chicas participan en la besada. Fuente: DisoPress.

El pasado sábado 30 de noviembre dos chicos fueron expulsados del Burger King de la Plaza de los Cubos por besarse, después de que una familia se quejara al vigilante de seguridad porque no querían que sus hijos vieran una muestra de amor homosexual. Tras esta muestra de discriminación corrió la indignación por las redes sociales, muchxs usuarixs pidieron explicaciones a los perfiles de la empresa de comida rápida en Facebook y Twitter, y propusieron una besada en el local a modo de protesta y visibilización de otras formas de amar distintas a la heteropatriarcal. Un colectivo LGTBIQ+ de reciente creación tomó la iniciativa y comenzó a difundir una imagen en la que explicaba lo sucedido y convocaba a una macro-besada delante del local para las 18 horas del sábado siguiente, 6 de diciembre.

Imagen de la convocatoria.

Al día siguiente a la expulsión de los dos chicos, tres miembros de la asociación Arcópoli, que lamentablemente no se quiso sumar a la besada,  acudieron al establecimiento a hablar con el gerente del local y a posar para una foto en la entrada. En los días posteriores los perfiles en redes sociales de la asociación salieron en defensa de la multinacional, rechazando apoyar la convocatoria y dándose por satisfechxs con el vergonzoso comunicado de lavado de imagen de la empresa, en el que culpan de todo al vigilante de seguridad y anuncian que "han tomado medidas", pero sin especificar cuáles, lo cual resulta cuanto menos sospechoso. Ni disculpas, ni condena de los hechos. Para muchas personas este comunicado no es sincero y sólo busca quedar bien para no perder clientes con el suceso.

Las personas asistentes a la besada que comenzaron a concentrarse en la Plaza de los Cubos, mayoritariamente jóvenes, recibieron octavillas que repartieron las convocantes,  en las que se leía: “Venimos a mostrar que no vamos a escondernos por mucho que rabiéis”. Un asistente explicó: "He venido porque no puedo quedarme de brazos cruzados mientras siguen pasando estas cosas, a estas alturas, y encima en el centro de Madrid. Es necesaria una ley contra la discriminación hacia las personas LGTB+ como la que ya se ha aprobado en Cataluña, para que este tipo de agresiones no queden impunes". Pasadas las 18, la mayor parte entró en el Burger King aunque muchas personas tuvieron que quedarse fuera porque se llenó a rebosar al instante. Tras un pitido, parejas del mismo y de distinto sexo, todas unidas por un ideal común de lucha contra la discriminación, comenzaron a besarse ante la mirada de comensales y empleadxs. El beso terminó con otro pitido, seguido de un largo aplauso y consignas contra la LGTB+fobia.

Una asistente muestra su desprecio a la maniobra
publicitaria de la empresa. Fuente: DisoPress.

El encargado del establecimiento demostró su habilidad para lavar la imagen de la empresa ordenando a los empleados que se sumaran al aplauso y que colgaran detrás del mostrador una bandera arcoíris que les dio un asistente. Cuando la gente comenzó a salir del local, fue más allá y repartió bebidas gratis a las personas que habían asistido a la besada, en un mezquino intento de mercantilizar la protesta convirtiéndola en publicidad para la empresa, a la que muchxs asistentes respondieron rechazando las bebidas, tirándolas a la basura o pisándolas como muestra de su desprecio a esta actuación. "La respuesta que esperamos de Burger King no son bebidas gratis. Mis principios no se compran con un refresco", señaló una asistente después de rechazar el vaso.

A pesar del intento de mercantilización de la protesta, ha quedado claro el desprecio a la discriminación y las reivindicaciones de lxs asistentes, y da esperanzas el hecho de que la mayoría de asistentes son gente muy joven que nunca antes había ido a un acto activista y que se ha movilizado por primera vez. Esperemos que la primera de muchas más: "Esto no ha terminado aquí, la besada ha sido sólo una herramienta más y ahora toca seguir luchando por el derecho de todo el mundo a mostrar su forma de ser y su forma de amar sin miedo".

Fotogalería:

Entrada al establecimiento. Fuente: DisoPress.