Manifestantes mexicanos que
salieron a las calles para protestar por la muerte y desaparición de 43
estudiantes prendieron fuego anoche la sede del oficialista Partido
Revolucionario Institucional (PRI) en el estado de Guerrero y retuvieron por
horas a un jefe policial.
El
incendio se produjo durante la tensa marcha de maestros y estudiantes en
Chilpancingo, capital de Guerrero, a 275 kms. de Ciudad de México. Hubo al
menos cinco heridos por impactos de piedras, tres de ellos policías y dos
periodistas, informó la subsecretaría de Protección Civil estatal.
Los
manifestantes, en su mayoría encapuchados, se enfrentaron con los policías
antimotines y arrojaron cócteles molotov contra la sede del Partido
Revolucionario Institucional (PRI) del presidente Enrique Peña Nieto, de la que
pudieron escapar los trabajadores.
En
medio de la confrontación, los maestros aseguraron que dos de sus compañeros
habían sido detenidos por la policía estatal y, para exigir su liberación,
retuvieron al subsecretario de Seguridad Pública de Guerrero, Juan José Gatica,
que participaba del operativo.
Después
de algunas horas, los maestros entregaron al oficial a activistas de un centro
de derechos humanos local sin que se confirmara lo ocurrido con los dos
maestros.
La
marcha de Chilpancingo forma parte de una ola de protestas para exigir al
gobierno encontrar a 43 estudiantes desaparecidos la noche del 26 de septiembre
en Iguala, Guerrero, cuando fueron atacados por policías que los entregaron al
cártel local Guerreros Unidos.
La
fiscalía teme que los jóvenes hayan sido masacrados. Sicarios han declarado que
asesinaron a los muchachos e incineraron sus cuerpos durante 14 horas en un
basurero de la localidad de Cocula, vecina de Iguala, y después arrojaron los
restos en bolsas a un río.
Los
familiares de las víctimas, que no dan crédtio a esta versión y exigen que siga la
búsqueda, sostuvieron un encuentro en la tarde en Chilpancingo con Miguel Angel
Osorio Chong, secretario de Gobernación (Interior), y Jesús Murillo Karam,
fiscal general.
Los
padres de los estudiantes se niegan a creer la confesión de los sicarios
detenidos hasta que sea comprobada por un grupo independiente de forenses
argentinos que, a su pedido, participan en la investigación. El Equipo
Argentino de Antropología Forense (EAAF) difundió ayer sus primeros resultados
sobre un total de 39 cadáveres encontrados en fosas comunes halladas durante la
búsqueda previa de los desaparecidos: 24 de ellos no corresponden a ninguno de
los estudiantes y el resto siguen siendo analizados.
Sin
dar detalles, el equipo forense indicó que también ha participado en la
recuperación de los restos humanos calcinados hallados en el basurero de Cocula
así como en la orilla de un río cercano, los sitios donde los sicarios
detenidos dijeron se deshicieron de los cadáveres.
Las
revelaciones de los testimonios que convierten el caso en una posible masacre
generaron una conmoción nacional. En medio de la peor crisis desde que asumió
la presidencia en 2012, Peña Nieto partió el domingo para una gira por China y
Australia para asistir a las cumbres de APEC y G20, lo cual irritó más a
familiares de las víctimas y atizó las protestas.
Padres
y estudiantes bloquearon el lunes varias horas el aeropuerto del balneario de
Acapulco, en Guerrero, mientras en Ciudad de México una manifestación masiva y
pacífica la noche del sábado acabó con un grupo radical tratando de derribar y
quemar la puerta principal del emblemático Palacio Nacional. El temor al recrudecimiento
de las protestas provocó incluso que la Cámara de Diputados en Ciudad de México
fuera evacuada la tarde del martes, ante rumores sobre la inminente llegada de
grupos de manifestantes.
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