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CiU se mantiene en Cataluña, pero pierde la ciudad condal

Salvo excepciones locales, no ha habido ni sorpresa ni “hora del cambio” a nivel general en Cataluña. El partido Convergència i Unió, se sigue manteniendo como primera fuerza en toda Cataluña, con un 21’52% de los votos, seguido por el PSC (17’06%). De esta forma, CiU revalida la victoria de 2011. Aun así, e igual que el Partido Popular en España, se ha producido una notable caída en votos y representación municipal respecto a los comicios de 2011.
El PSC, como segunda fuerza puede estar contento, pues aun con la enorme caída respecto a los comicios anteriores, han mantenido sus bastiones socialistas en las grandes ciudades de toda el área metropolitana de la ciudad condal y han aumentado el número de votos en comparación con las pasadas elecciones europeas.
El auge nacionalista lo ha protagonizado Esquerra Republicana de Catalunya, que se consolida como tercera fuerza en el “Comtat Gran” con un 16’40% de los votos totales. ERC se sigue manteniendo con mucha fuerza en todo el mapa municipal catalán, convirtiéndose en el segundo partido con más concejales municipales y habiendo logrado hasta 188 mayorías absolutas en los distintos municipios de Cataluña.
Las demás candidaturas municipales en Cataluña han quedado así: la coalición ICV-EUiA-PODEMOS han sumado un total del 11’49% de los votos, seguidos por el 7’49% del Partido Popular. Por detrás han quedado Ciutadans (7’43%) y CUP (7’14%).


Pero sin duda alguna, la sorpresa ha llegado en la capital catalana, Barcelona.  La líder de ‘Barcelona en Comú’, Ada Colau, ha hecho que sepa amarga la victoria de CiU, y ha ganado las elecciones municipales de Barcelona, quitándole el poder a Xavier Trias. Aun así, las mínimas diferencias en los resultados arrojarán durante las próximas semanas una gran cantidad de pactos para poder gobernar con cierta estabilidad. La conclusión que podemos sacar de estas elecciones municipales pueden ser varias, pero sin duda la más característica es el inicio de la voluntad de un proceso de cambio, una reforma en forma de ruptura con la “vieja política” en la que la “indignación” arrebata la alcaldía a la derecha nacionalista, el soberanismo sube respecto a 2011, Madrid gira hacia la izquierda y las coaliciones populares de izquierda rompen con la hegemonía del PP en Valencia y Baleares. Alguien se estará arrepintiendo de haber dicho en 2011 aquello de “si los perroflautas quieren cambiar las cosas que se presenten a las elecciones y les voten”.


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