El pasado lunes, el comité ejecutivo del ultraderechista Front National francés votó la suspensión de militancia del fundador y presidente de honor del partido, Jean-Marie Le Pen, además, tienen previsto convocar una asamblea extraordinaria en los próximos tres meses para votar la supresión de su estatus como presidente de honor. En lo que parece una estrategia para lavar la imagen del partido, de cara a las próximas elecciones en Francia.
Esta suspensión se debe en gran medida a las polémicas declaraciones filonazis que realizó el pasado mes de abril, en las aseveró que las cámaras de gas usadas por el régimen nazi alemán fueron "un detalle de la historia" sin mayor relevancia, a la par que aseguró que el mariscal colaboracionista francés Philippe Pétain, dirigente del estado títere nazi de la Francia de Vichy, "no puede ser considerado un traidor".
Le Pen ya fue condenado en 1991 por un tribunal de Versalles por "banalización de crímenes contra la humanidad", por esas declaraciones, de las que asegura que nunca se ha arrepentido, y en las que se reafirmó el pasado mes de abril.
Este polémica ha llevado a un público enfrentamiento entre Le Pen y la cúpula del Front National, en especial con su hija Marine Le Pen, actual presidenta del partido, llegando a declarar tras su suspensión: "Me da vergüenza que Marine lleve mi apellido, no reconozco ningún lazo personal con alguien que me ha traicionado de manera tan escandalosa, no merece llevar mi apellido ni postularse a la presidencia de la República, no tiene la moral suficiente para representar al pueblo francés".
Jean-Marie y Marine Le Pen, en un acto del Frente Nacional, el pasado 1º de Mayo.
No hay comentarios :
Publicar un comentario