El ministro de Finanzas alemán Schäuble
da un ultimátum a Grecia, que a su vez se ve incapaz de afrontar el pago.
Se acaba el tiempo del que dispone hasta finales de junio el Gobierno griego para devolver los 27.000 millones de euros en bonos que debe al Banco Central Europeo. El pasado jueves, el embajador Mijaíl Spinélis, Secretario General alterno del Ministerio de Asuntos Exteriores, remitió una orden ministerial a todas las representaciones diplomáticas y consulares griegas en el extranjero ordenando que remitan lo antes posible al Banco de Grecia los ingresos de las actividades consulares, conservando únicamente el dinero suficiente para cubrir las necesidades de los próximos tres meses. Ante dicha orden, muchos ayuntamientos se han negado a cumplir con esta ley (ley N. 4323 publicada en el BOE griego el 27 de Abril de este año) lo mismo que varios hospitales y sectores públicos. Aunque los griegos son conscientes de las dificultades que tiene el actual gobierno griego para seguir pagando los sueldos de los funcionarios y todas las pensiones a pesar de la ingente deuda a la que hace frente, no todos los alcaldes ni presidentes de organismos están dispuestos a quedarse sin fondos de un día para otro.
A falta de un acuerdo con el Eurogrupo, el estancamiento en las negociaciones para mantener el rescate a Grecia ha hecho perder la paciencia al ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble que declaraba ante sus homólogos que “hay que decir al Gobierno griego que o lo toma o lo deja”. Al mismo tiempo, el Ministro alemán coincide con el resto de miembros integrantes del órgano que la mejor opción para el país miembro es seguir integrado en la Eurozona (aunque esto suponga forzar dicho país a realizar proyectos encaminados a centrarse en la deuda sin considerar el futuro coste social). A pesar de la dificultad para poder hacer frente las deudas, Grecia dispone a raíz de los últimos ajustes realizados de los elementos favorables a una recuperación más acelerada en comparación a años anteriores, según sostiene el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Por otro lado, el ministro de Finanzas griego rechaza la posibilidad de aceptar cualquier acuerdo que arrastre a Grecia “de nuevo a una espiral de muerte”. Según señaló el ministro: “porque si yo lo firmo, voy a ser otro ministro de Finanzas que firma un programa de ajuste presupuestario a medio plazo y que sabe que no funcionará”, marginado de las negociaciones con la Troika, recalca la agencia AP. "Y se puede demostrar matemáticamente que no funciona", agregó Varoufakis. Posteriormente, manifestó ante la prensa su remordimiento personal porque el país haya entrado a formar parte de la unión monetaria europea en lugar de permanecer en la moneda nacional griega (dracma) previa al euro, “una vez que estás dentro de la Unión Europea, no saldrás sin una catástrofe", lamentó.
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