Brasil,
en términos macroeconómicos, es una de las economías emergentes más potentes
del mundo, pero ya se sabe que la macroeconomía no va de la mano de la calidad
de vida de las personas. Los ciudadanos brasileños se enfrentan a la cruda
realidad: no hay dinero para extender una educación y sanidad públicas de
calidad , pero sí que hay millones de dolares para costear un mundial de fútbol y unos futuros juegos olímpicos, que no
responden al interés general de los brasileños, sino al de las grandes empresas.
La organización del mundial ha provocado una ola de protestas de la clase trabajadora y de los sectores más populares de Brasil, que exigen la mejora de los transportes públicos y una mayor inversión para construir hospitales y escuelas y mejorar su calidad, en un país donde los servicios públicos se encuentran en precarias condiciones. A estas demandas se suma la indignación ante la creciente corrupción de la clase política.
Avanzan lentamente las obras de los estadios y demás instalaciones deportivas, y el gobierno "hace limpieza", bajo la bandera de la lucha contra el narcotráfico, disparando contra la gente humilde que mal vive en las favelas, como ya se informaba en un artículo anterior. Es bien sabido que los pobres nunca dan buena imagen en pantalla y todos los medios internacionales retransmitirán el evento futbolístico.
Niños de las favelas exigen junto a sus maestros una mayor inversión en escuelas públicas |
Las últimas manifestaciones que se han producido
en las principales ciudades del país han unido en la misma lucha a profesores,
estudiantes y colectivos como el de los conductores y cobradores de autobuses,
con una consigna clara: "Não vai ter
Copa" (No va a haber Mundial). De este modo se suceden los actos de
rechazo a un evento deportivo que no beneficia a la gente, como se puede ver en
la siguiente fotografía de un acto denuncia contra la situación de la sanidad, donde un niño muestra un cartel en el que se pregunta a quién beneficia realmente el mundial.
COPA DEL MUNDO 2014 ¿Quién se beneficia más: la FIFA, los hombres de negocios o el pueblo brasileño? |
Detrás del espectáculo deportivo se enmascaran
los intereses de unos pocos frente al pueblo brasileño. Los mayores
beneficiarios del Mundial de Fútbol 2014, cuyo presupuesto duplica ya el de
Sudáfrica 2010, son la propia FIFA, los clubes de fútbol brasileños y las
empresas constructoras encargadas de los estadios, instalaciones deportivas y
otras infraestructuras necesarias para la consecución del evento.
Como indican
en su libro Soccernomics los
economistas Simon Cooper y Stefan Symanski: "La Copa del Mundo de Brasil se entiende mejor como
una serie de transferencias financieras: de los contribuyentes brasileños a la
FIFA y a los aficionados al fútbol del mundo, y de los contribuyentes a los
clubes de fútbol brasileños (que se benefician de los nuevos estadios y del
marketing que se genera) y a las empresas constructoras. [...] Se trata de una
transferencia de riqueza de Brasil en su conjunto a los diversos grupos
interesados dentro y fuera del país. Esto no es una bonanza económica. Para
Brasil es sacrificar un poco de su futuro como sede de la Copa del Mundo."
A pesar del imparable advenimiento del mundial, Brasil
no se resigna y lucha por un país donde no se impongan los intereses del capital
a los intereses de los ciudadanos de a pie. Porque en definitiva la lucha del pueblo brasileño es una lucha
por el futuro.
Una nueva demostración de que el lema de "panem et circenses", que durante tantos siglos han utilizado los opresores, está agotado. Está agotado porque no hay pan y el circo ya no interesa.
ResponderEliminarEspero que el pueblo brasileño se levante ante este atropello de la burguesía empeñada en meternos fútbol en vena para hacernos olvidar la realidad de miseria y precariedad a la que han condenado a millones de personas.