En las noticias hablan de un supuesto número de paradxs en el Estado español, hablan de jóvenes desempleadxs, hablan de recuperación, hablan de nuevas esperanzas, pero... ¿dónde quedamos lxs jóvenes que salimos a buscar trabajo por primera vez?
Hace unos días me decidí a salir en busca de trabajo con el único fin de cubrir ciertos gastos económicos y adquirir tanto experiencia como madurez profesional.
En el momento en que salí por la puerta era totalmente consciente de que no iba a ser fácil, de que el panorama en el sector laboral está bastante mal y de que mucha gente formada no encuentra ni el más mísero empleo a media jornada para poder cubrir los gastos más básicos y necesarios para todo ser humano. Pero... ¿cuál fue mi sorpresa? Ni encontré trabajo, ni dejé de encontrarlo, pues en todos los sitios buscaban a jóvenes de mi edad (actualmente soy menor) y con experiencia profesional. ¿Y por qué digo esto? Fácil, en la mayor parte de los lugares a los que acudí en busca de empleo sufrí un rechazo directo por falta de experiencia en vez de ser ofertado -y tirando por lo bajo- con poder hacer unas prácticas cobrando un sueldo mínimo por "x" tiempo para poder adquirir la experiencia necesaria que ellos considerasen para tener posibilidades de trabajar. Pero "afortunadamente" sí llegué a tener ofertas de empleo, especialmente una en la que me ofrecían trabajar 15 horas diarias por un sueldo mínimo, dejando de lado la famosa repartición conseguida en la revolución del 1 de mayo en la que se promulgaba lo siguiente: "Ocho horas para dormir, ocho horas para trabajar y ocho horas para tiempo de ocio" faltando así al respeto de todxs lxs que participaron el la revolución, a todxs los que se manifiestan cada año por unas condiciones laborales dignas y, especialmente, a los mártires de Chicago.
Y por si esto hubiera sido poco, tuve que verme obligado a soportar gestos de rechazo en ciertos negocios cuando solicité trabajo en el idioma de mi tierra, el gallego. Negocios en los cuales me forcé completamente a olvidar el tener una mísera posibilidad de poder llegar a optar por un puesto de trabajo, ya que hablo gallego y es muy probable que pegue mis aires de paleto a esxs "castellanxs".
Pero sin dudarlo, y con diferencia, la experiencia más amarga que experimenté fue cuando en un bar me rechazaron entre júbilos únicamente por pertenecer al género masculino. Esto claramente es una discriminación, pero no hacia mi por ser hombre, si no hacia todas las mujeres. Pues en este local buscan únicamente a personas del género femenino -y a poder ser con un físico agradable- para aumentar las ventas, pues este es frecuentado habitualmente por hombres, y como no, si tenemos que hacer apología al machismo para aumentar las ventas... ¡HAY QUE HACERLA!
En conclusión... no permitáis que os exploten por ser jóvenes y sin experiencia, no permitáis que os obliguen a hablar un idioma que no es el vuestro, y sobre todo, dirigiéndome al colectivo femenino, no permitáis nunca que os utilicen como objetos sexuales únicamente para aumentar las ganancias, no perdáis nunca la dignidad.
No tendremos experiencia, pero sí memoria histórica, somos plenamente conscientes de lo muchísimo que les costó a nuestros antepasados conquistar los derechos que nos están robando, y no vamos a permitir que un puñado de burgueses y/o pequeñoburgueses nos utilicen a su antojo con el único fin de aumentar sus ganancias. Si los medios callan, nosotros gritaremos. ¡Rebélate!
¡Basta de explotación!
ResponderEliminarPor el socialismo,ni un paso atrás en la pérdida de derechos.