La ecología es una cosa que nos incumbe a todos; debemos cuidar de este planeta, no solo porque es el único planeta que tenemos y porque es nuestro hogar, también porque al ser la especie más inteligente tenemos el deber de proteger y cuidar al resto de seres vivos que habitan en este lugar llamado Tierra.
En Salamanca,
concretamente en las comarcas de Campo Charro y Campo de Argañán, Berkeley
Minera España S.A., filial de la multinacional australiana Berkeley Resources,
pretende explotar una extensión de cerca de 4.500 hectáreas para la extracción
y procesado de uranio. Con los nombres "Retortillo-Santidad" y
"Alameda", estas serían de las pocas minas de uranio permitidas en
Europa.
La minería de uranio no solo provoca graves consecuencias a
nivel medioambiental sino que también a nivel de salud pública, ya que la
exposición al uranio entraña un grave peligro para el organismo humano y para
el medio en el que se encuentra. La inhalación de polvo radioactivo y los
efectos provocados por el gas que suelta el uranio al ser molido, el radón, y
otros compuestos que vienen de su procesado tienen efectos cancerígenos, a esto
habría que sumarle que pueden viajar a grandes distancias por las corrientes de
aire. Los efectos de la explotación y los procesos posteriores incluyen,
además: contaminación de aguas superficiales y subterráneas con químicos y
material radioactivo, completa alteración del paisaje, drenaje de ácido de
mina, drenaje de metales pesados de las escombreras y efectos derivados de las
megadetonaciones, el ruido,...
Aparte de estos riesgos, las instalaciones no se sitúan en
cualquier sitio, no. Las instalaciones se sitúan en medio de un bosque mediterráneo
de gran valor ecológico y ambiental, incluso hay dos directivas comunitarias
que protegen la zona, ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y LIC
(Lugar de Importancia Comunitaria). Construir cualquier cosa, y aún más una
planta minera, en este lugar es una locura, una estupidez.
Siendo una de las actividades más tóxicas que existen, y
situado en medio de un bosque de gran valor ambiental, algunos alcaldes de los
pueblos en los que se situarían los complejos mineros han dicho que sí rápidamente.
Villavieja con 86.500€, Retortillo con 110.000€ y Villares de Yeltes con
19.000€ son algunos de las localidades que ya han recibido dinero por parte de
la empresa, aún arriesgando la propia salud de los habitantes de esos pueblos,
por aceptar...
También está la "frasecita", muy usada últimamente
para aceptar de todo,: "¡Es que creará muchos puestos de trabajo!",
concretamente 200. Aunque estemos en crisis esto no es motivo suficiente como
para crear unas instalaciones que perjudiquen al medio, a los habitantes de la
zona, a lxs propixs trabajadorxs y que solo beneficien al empresario, que no se
agacha ni para recoger un lápiz. Es una vergüenza que se acepten construcciones
de este tipo que no benefician para nada a lxs trabajadorxs y, que con el
pretexto de estar en crisis, se deban aceptar trabajos, perdonen la expresión,
de mierda con salarios de mierda y, mientras, el empresario gana sueldos desorbitados por
no hacer nada.
¡La salud de lxs trabajadorxs y el cuidado del medio ambiente no se
venden!
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