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El futuro de la familia, la ciencia y la sociedad.

La familia ha empezado a cambiar su estructura en los últimos años, pero ¿como cambiará en el futuro? ¿qué avances médicos y tecnológicos nos esperan? ¿como afectarán estos a la familia? Lo veremos en este artículo.

La familia humana común se compone de dos individuos y sus descendientes, la evolución ha acabado dividiendo a los individuos en masculinos y femeninos para que de la combinación de sus heterogametos salga un nuevo ser viviente y poder así continuar el camino de la especie en este planeta. ¿Por qué se diferencian masculinos y femeninos? Creo que la cuestión anatómica es obvia, mejor hablemos de cromosomas.

Los cromosomas son los cuerpos en los que se organiza la cromatina, es decir, el ADN, en las divisiones celulares. Cada ser humano tiene 23 pares de cromosomas en sus células somáticas, de los cuales solo nos interesa el último par, los cromosomas sexuales. Estos son los que determinan el sexo de cada individuo. Las hembras poseen dos cromosomas X, cuyo nombre viene dado por su forma, mientras que los machos tienen un cromosoma X y uno Y. Esto significa que el material genético que reciben los hombres en su reproducción es menor que el que reciben las mujeres y explicando así la mayor fortaleza biológica de las mujeres (razón por la cual tienen más esperanza de vida). 

El material genético de los cromosomas X puede mezclarse sin problemas, sin embargo si uno de los cromosomas es Y, este tiene menos material que intercambiar y su resistencia a enfermedades disminuye. Esto se debe a que la información que haya captado el cuerpo para acabar con una enfermedad se transmite en los genes y en un cromosoma X hay más información que en un Y. Además, si los genes se repiten una y otra vez durante generaciones acaban dando fallos y enfermedades genéticas, por eso los hijos entre familiares cercanos tienen un riesgo importante de sufrir estos problemas. Los espermatozoides y los óvulos portan el material genético y en la fecundación este se mezcla. Ahí nace el embrión, dentro del cual se desarrollan las células madre. 

¿Qué son estas células de las que tanto se habla? Son unas células muy especiales ya que tienen la capacidad de transformarse en cualquier otra célula del cuerpo. Esto permitiría curar muchas enfermedades si no fuese por lo complicado que es extraerlas.

Afortunadamente, en el año 2006 el Doctor Shinya Yamanaka de la Universidad de Kyoto en Japón consiguió reconvertir células de la piel de ratón a células madre. Desde entonces científicos de todo el mundo han estudiado esa tecnología y han conseguido avanzar hasta hacer lo propio con células humanas. Además de construir órganos apropiados para la gente que necesite transplantes pretenden ir más allá: pretenden crear vida.

La idea es modificar células madre hasta convertirlas en óvulos. De esta manera se podría conseguir un óvulo con el material genético de un hombre y así las parejas homosexuales podrían tener hijos biológicos entre ellos. Esto significaría el fin del famoso pseudoargumento de “no garantiza la pervivencia de la especie”. Con las mujeres sin embargo el trabajo resulta más difícil, ya que tienen que transformar uno de sus cromosomas X en uno Y. Esto es complicado, pero no imposible, simplemente se tardará más en conseguir, de modo que las lesbianas también podrían tener hijos biológicos. Ahora son ellas las que tienen ventaja, ya que los hombres no tienen un útero en el que gestar al niño. Necesitaríamos uno de alquiler o... ¿Quizás un útero artificial?

Esta idea no está tan lejos como creemos... 

Científicos del Port Stephens Fisheries Institute, de Nueva Gales del Sur, Australia, han comenzado a desarrollar úteros artificiales para criar tiburones toro, una especie en peligro de extinción con una curiosa costumbre: El canibalismo intra-uterino.

Su prototipo está basado en acuarios de piscifactorías pero adaptándolos a las condiciones de un útero. Para esto utilizan tanques con salidas de aire, filtros bacterianos, bombas peristalticas para el intercambio de fluidos y sensores de monitorización.

El tiburón toro es vivíparo. Cada individuo hembra acoge más o menos 40 embriones en dos úteros separados. Tal cantidad de embriones agota los nutrientes en apenas unos meses, por lo que empiezan a devorarse unos a otros hasta que únicamente queda el más fuerte. Además se aparean únicamente cada dos años, por lo que su situación empeora.

De momento solo se ha realizado un experimento con este útero. Para no arriesgarse a acabar con más tiburones toro se hizo la prueba con un tiburón con un periodo de gestación semejante, el wobbegong japonés, aunque en esta ocasión es un tiburón ovovivíparo. 6 embriones fueron introducidos 18 días antes de su fecha de nacimiento. Tres meses después estaban perfectamente y fueron liberados, de modo que se ha completado la primera fase. Ahora irán probando con embriones en fases cada vez más tempranas, hasta que empiecen la prueba con el tiburón toro.

Es cierto que hasta ahora son únicamente tiburones, pero hacerlo con otras especies nos acerca cada vez más a hacerlo con la nuestra. ¿Será posible entonces que las parejas homosexuales tengan hijos biológicos de verdad? ¿Cambiaría esto la estructura familiar? 

Puede que esta cambie antes.

La familia humana se caracteriza por la estructura patriarcal. Dicha estructura nos viene de antes de ser humanos. Cuando antepasados nuestros abandonaron los bosques y las junglas para adentrarse en la sabana en instinto de supervivencia puso a los más fuertes al mando para proteger al resto de la familia de los nuevos peligros a los que se enfrentaban, es decir, puso a los machos a la cabeza debido a su fortaleza física.

¿Quiere decir esto que el feminismo es un movimiento equivocado? ¿Es la superioridad del hombre algo natural y propio en el ser humano?

Al contrario. Durante milenios hemos continuado esta estructura, sin embargo, el humano ha evolucionado hasta un punto en el que solo el propio humano es un peligro para él. ¿Debe ahora el homo sapiens sapiens buscar una sociedad acorde a su situación? ¿Como sería esa sociedad? Como siempre la naturaleza nos da la respuesta.

En las selvas húmedas de la República Democrática del Congo encontramos una curiosa especie, el bonobo, también llamado chimpancé pigmeo. Esta especie y el chimpancé común se separaron un millón de años aproximadamente, tomando las dos caminos diferentes. Mientras el chimpancé se sale de su hábitat con frecuencia, exponiéndose al peligro, el bonobo permanece en su zona. Esto ha permitido al segundo crear una estructura social a la del chimpancé, la cual es muy semejante a la humana.

Lo característico del bonobo es que su situación ausente de peligro lo ha llevado a una sociedad igualitaria. Los grupos establecen relaciones amistosas en lugar de competir por el territorio, cosa que no ocurre con el chimpancé. Es posible que el sexo tenga un papel fundamental en todo esto, pues este tiene un papel fundamental en su sociedad. Lo utilizan como saludo, como método de resolución de conflictos, como medio de reconciliación tras este y como manera de pago mediante favores, tanto machos como hembras. 

¿Y quién dijo que la homosexualidad es antinatural? Los bonobos practican sexo homosexual con la misma frecuencia que practican el heterosexual, además de que son los únicos primates a los que se las ha visto manteniendo sexo oral y dando besos con lengua. Los gestos afectivos también son frecuentes entre ellos, propios de los humanos, y no es casual. Los bonobos tienen una inteligencia mayor que las de los chimpancés y, mientras estos comparten un 96% del ADN con el humano, los bonobos comparten el 98%. 

Como vemos, no solo la búsqueda de una sociedad igualitaria es natural, sino que es necesaria en el sentido evolutivo. Aquellos que en el pasado utilizaron a Darwin para justificar sus políticas competitivas deben observar como la propia teoría de la evolución lleva al hombre a adoptar una estructura social igualitaria, y como ya han demostrado cientos de intelectuales, para esto debe desaparecer el estado. En las actuales condiciones lo único natural es la liberación de la mujer y del sexo, lo natural es la libertad de los movimientos LGTB y feministas, ya quedan atrás las viejas estructuras de los homínidos, el ser humano ha evolucionado.

Y no es únicamente en el sexo lo que cambiará, también la familia. Estoy hablando de una familia con más de dos padres.

Esto no es tecnología futura, es tecnología pasada. En los años noventa se añadió, como tratamiento de infertilidad, parte del ovulo de una mujer a otra, por lo tanto el niño nacido de ahí posee el material genético de dos mujeres y un hombre.

Aunque en su momento se prohibió, actualmente se están realizando experimentos que ayudarían a evitar enfermedades que se transmiten por el ADN mitocondrial. Esta sería la única manera de evitar la enfermedad genética de futuro niño, pero la polémica está en que este tendría tres padres biológicos. 

Una tecnología así podría ocasionar un cambio en la estructura familiar mayor, ya que, teniendo tres, ¿por qué parar? Biológicamente hablando esto sería un avance fantástico, ya que la fortaleza biológica aumenta según la diversidad, ya que hay más material genético del que sacar a la próxima generación. De esta manera el ser humano sería cada vez mucho más fuerte y sano, aunque esto conllevaría conflictos entre los múltiples padres sobre quién cuida al niño. 

Pero, ¿por qué? Podemos recurrir a una estructura familiar apropiada a la futura sociedad, una familia igualitaria. Tan igualitaria que los niños sean cuidados colectivamente. Esto puede sonar a utopía, a fantasía, a locura, pero son los avances que vienen y sus posibles consecuencias sociales. 


Es cierto que pueden tener complicaciones y acabar por no conseguirse. Es cierto que puede que alguno puede traer problemas. Pero si estamos preparados para una sociedad mejor debemos pensar en los avances que vienen y así adaptar nuestro pensamiento a ellos. Es cierto que causarán rechazo, lo harán como lo hace ahora mismo el aborto. Algunos argumentarán que se acabarán los partos naturales, pero no es así, las parejas que puedan tener hijos de forma natural lo seguirán haciendo y las que no pueden, por la razón que sea, tendrán ahora una oportunidad más de ser iguales a los demás en otro ámbito.. 

No debemos olvidar que estos cambios son libertad. Son la libertad de que todas las parejas, sin importar su género, tengan hijos biológicos, son la libertad de los niños a nacer sanos. Son el futuro, son igualdad y debemos luchar por ellos.

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