El primer ministro francés, Manuel Valls, le ha transmitido
hoy lunes la dimisión en bloque de su gobierno al presidente de la V República
de Francia, François Hollande, el cual le ha encargado la formación de un nuevo
ejecutivo “que siga las directrices que se ha fijado para nuestro país”. La
composición del nuevo gobierno será anunciada mañana martes, según ha revelado
el presidente en una rueda de prensa.
La descomposición y las diferencias dentro del gobierno eran
ya notorias desde hacía algunos meses. En particular desde el 29 de abril cuando
Valls sacó un ajuste de 50.000 millones, algo insólito en la historia reciente
de Francia. Lo cual provocó una gran fractura tanto en la Asamblea Nacional
como en el propio Partido Socialista Francés. En ese momento el ministro de
economía Arnaud Montebourg y el de educación Benoît Hamon se posicionaron en
contra de la austeridad y se revelaron contra su primer ministro por claudicar
y acatar siempre las medidas de ajustes guiadas desde Alemania. “Los cuales están
haciendo tanto daño a la población francesa”.
Este fin de semana el ministro de economía, el cual
representa el ala izquierda del Partido Socialista, volvió a criticar a su
gobierno diciendo que “la reducción del déficit es una aberración económica que
agrava el paro, es un absurdo financiero porque hace imposible la recuperación
de las cuentas públicas, una política siniestra porque lanza a los europeos a
los brazos de los partidos extremistas”. Y también se opuso abiertamente a las
decisiones de la derecha alemana que “ha impuesto a toda Europa la política de
austeridad”.
Lo mismo hizo al día siguiente su compañero, el ministro de
educación, el cual dijo abiertamente para el Le Perisien que había que “parar
los pies a la canciller”.
Tras las declaraciones realizadas por ambos ministros, el
presidente Hollande defendió una vez más a su primer ministro y sus reformas
fiscales. ¿Alguien piensa que nombré a un primer ministro para que hiciera una política
que yo no quería? Sentenció Hollande.
Por las fracturas dentro del gobierno, por la dimisión de dos de sus ministros y por los malos resultados que le dan en las encuestas (el 81% del electorado está en contra de Hollande), el presidente francés vuelve a hacer oídos sordos a su población y disuelve el gobierno para seguir con las mismas reformas estructurales promovidas por Angela Merkel.
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