Tan sólo 5 años de cárcel para el neonazi ruso Maxim Martsinkevich, líder del grupo homófobo Occupy Pedofilyaj

Torturar a personas LGTB+ y grabarlo en vídeo para difundirlo en las redes sociales incitando al odio LGTB+fóbico y a que el resto de la población haga lo mismo sólo cuesta 5 años de cárcel en Rusia.

El neonazi ruso Maxim Martsinkevich, lider de la red de grupos homófobos "Occupy Pedofilyaj", conocidos por las agresiones y torturas sistemáticas grabadas contra personas LGTB+ en Rusia, ha sido condenado a 5 años de prisión por la justicia rusa por "incitación al odio étnico y social". Martsinkevich ya había estado en la cárcel por el mismo motivo entre 2007 y 2010, y en enero de este año había sido detenido en Cuba por una orden de arresto de la Interpol, y desde allí fue extraditado a Rusia.

Martsinkevich, en el vídeo en el que tortura al joven iraquí

Los cargos contra Maxim Martsinkevich, también conocido por Tesak (“machete” en ruso), se derivan de un vídeo que realizó en Ucrania. En él se puede ver cómo tortura y humilla a un joven de procedencia iraquí, al que afeita la cabeza y obliga a “confesar” su homosexualidad entre amenazas y burlas. Las imágenes finalizan con Martsinkevich enarbolando una porra policial, mientras tapa la cámara con un cartel en el que se puede leer “sin violencia” y se oyen los gritos desgarradores de la víctima. También se le acusaba por hechos idénticos llevados a cabo contra un hombre ucraniano, en este caso conocido por su participación en un programa televisivo musical.

Maxim Martsinkevich ya cumplió tres años y medio de prisión entre 2007 y 2010, tras fundar Format 18, una organización neonazi conocida por sus brutales agresiones a ciudadanos extranjeros, muchas de las cuales eran difundidas en vídeo e imitadas por toda Rusia por grupos de jóvenes neonazis. Lo cual demuestra que a este hombre la cárcel no le sirve de nada.

Sin embargo, desde que en 2011 Martsinkevich fundó Occupy Pedofilyaj y pasó a atacar a personas LGTB+ a las que engañaba a través de internet fingiendo ligar con ellas, sus repugnantes actuaciones habían permanecido impunes. Todo ello a pesar de ser ampliamente difundidas a través de redes sociales (en especial de la rusa VKontakte), donde afirmaba estar luchando contra la "pedofilia", recurriendo una vez más a la ya conocida táctica homófoba de asociar homosexualidad con pederastia. Esta burda excusa se desmonta fácilmente viendo las edades de sus víctimas: la mayoría son jóvenes, y entre ellos hay incluso menores, que son agredidos, torturados eincluso asesinados ante la permisividad insultante de las autoridades rusas.

Zatkalnitsky, con una de sus víctimas en un vídeo del Proyecto Pilla Pilla

Pero la red de grupos homófobos neonazis Occupy Pedofilyaj no se limita sólo a Rusia, sino que ha creado escuela en otros países de Europa del este y también en España, donde tenemos al Proyecto Pilla Pilla, liderado por el neonazi ucraniano Mikola Zatkalnitsky (también conocido por agredir recientemente a un chico asiático en el metro de Barcelona), que sigue el mismo modus operandi de hacerse pasar por jóvenes gays en páginas de contactos para quedar con gays y grabar cómo les humillan y les insultan.

Hay que estar alerta ante esta nueva oleada de LGTB+fobia, y no darnos por satisfechxs con la condena de Martsinkevich, pues 5 años es una pena ridícula para un nazi que ha torturado e incitado a torturas y asesinatos de personas LGTB+ por toda Rusia, creando una red de organizaciones neonazis para ello y porque la condena no es por estas torturas ni por incitar al odio LGTB+fóbico, sino por incitar al odio étnico y social, dado que una de sus víctimas era iraquí y la otra ucraniana. Sus crímenes LGTB+fóbicos continuarán sin juzgar, debido a la política LGTB+fóbica que lleva aplicando el gobierno de Putin desde el año pasado, cuando bloqueó todas las adopciones con los países en los que es legal el matrimonio igualitario y aprobó una ley contra la "propaganda homosexual" que impone penas de cárcel por decir que eres LGTB+ o que estás en contra de la LGTB+fobia. Recordemos que de no haber sido por Cuba, probablemente Maxim Martsinkevich aún hoy seguiría en libertad.